¿Qué se entiende por cohousing?
Una alternativa habitacional basada en la comunidad, la sostenibilidad y la participación
El cohousing, o covivienda, es mucho más que compartir vivienda. Es una forma de entender el hábitat desde una lógica comunitaria, donde se combinan espacios privados con zonas comunes diseñadas específicamente para fomentar la interacción social y la vida compartida.
¿En qué se diferencia de otros modelos?
Aunque a veces se confunde con términos como “vivienda colaborativa” o “vivienda colectiva”, el cohousing tiene sus propias características distintivas:

No es solo una cooperativa de vivienda
Aunque esta puede ser una de sus fórmulas jurídicas.

No se limita a compartir espacios
Sino que incluye también la participación activa en el diseño y gestión del entorno.

No requiere una visión ideológica común
Aunque muchas veces nacen de afinidades entre sus miembros.
Dos pilares fundamentales

Dimensión social
Los vecinos participan en la gestión y organización de los espacios comunes, generando una comunidad activa y cohesionada.

Dimensión arquitectónica
El diseño de los espacios —desde cocinas compartidas hasta zonas de coworking o jardines— está pensado desde el inicio para favorecer la convivencia y el uso colectivo.
Cohousing frente a la especulación inmobiliaria
El cohousing plantea una alternativa al modelo tradicional de propiedad o alquiler, apostando por fórmulas de tenencia colectiva, no especulativa. Esto reduce los costes, favorece el acceso a vivienda digna y protege el proyecto frente a la mercantilización.
Además, responde a retos sociales como:
- La dificultad de acceso a vivienda por parte de jóvenes o sectores esenciales como el personal sanitario.
- El envejecimiento de la población y la búsqueda de modelos de convivencia más sostenibles.
- La revitalización de entornos rurales y la necesidad de nuevos esquemas de vida comunitaria.
¿Por qué el diseño importa?
La arquitectura del cohousing no es neutra. El diseño define cómo convivimos: los espacios comunes no son solo zonas de paso, sino lugares donde compartir cocina, cuidados, energía y tiempo. La calidad de vida mejora cuando el espacio facilita las relaciones.
Un modelo flexible y creciente
Desde sus orígenes en Dinamarca, el cohousing se ha expandido por todo el mundo como una fórmula habitacional flexible, sostenible y centrada en las personas. Hoy, muchas administraciones lo reconocen en sus planes estratégicos como una alternativa viable para construir comunidades más justas, sostenibles y resilientes.